La facilidad en el sueño con la palabra que mejor se canta o se escribe con hilos de lana, mientras lentamente comienza el proceso que egresa de picar las conjunciones verbales en un papel de arroz, ella sabía que màs tarde llegaría quién creía estar buscando en un paisaje virgen.
¡Quebrada está la ciudad!, pensaba al mirar el extenso recorrido, tres horas de aquí para allà, más otras tres y otras tres y otras nuevas horas, tantas para entender que había pasado lo mismo de antes, lo que pensaba al mirar el extenso recorrido mientras repetía la misma frase mientras miraba a otras horas distintas aguadas.
El viento penetra de cerca, y es que va a acabar congelada si continúa esperando aquellas horas, la humedad solo resta en los labios que dicen la palabra perfecta, un silencio es lo que se besa con los ojos confundidos ante una realidad que nos devuelve al mundo civil con una patada gigante.
Manzanas y duraznos se fuman en la cima, mientras afuera los uniformados y disfrazados, presididos por la figura de la muerte como poder igualador de todos los estamentos, viven evidentes de lo pleno.
Todo puede durar un poco más de 15 horas y no por eso dejar de ser algo hermoso, cuando el desencanto de lo propio solo se vè al mirar en un poco de agua estancada, recordando aquellos caprichos del violín que suena y encandila con recuerdos esfervecentes ante una alarma aguda y cerebral.
(una concepción del tiempo distinguida)
¿Y ahora qué?
¿qué se dice?
¿qué se hace?
Contarlas hasta el cansacio, será mi próximo intento por conciliar el sueño que se araña un sábado por la noche.
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