Sentir su ausencia, aunque siempre estuvo ahí, quería verla por completo nuevamente, nunca dejó de estar en si misma, pero su estar implicaba un estar llena de cosas ajenas que impedían la visión plena de ella misma, y yo que nosè si nada podía hacer al respecto, de hecho no lo hice, solo me dedicaba a asumir que extrañaba mi pared.
Aclaro no es cualquier obra vertical que limita con su vecina de mediana edad, sino que es aquella que actuaba de soporte de mis pies maravillados o tristes, es aquella que amenaza con la espada, o donde hasta dormida solía darme la cabeza en su contra.
Es que lo que màs me molesta saber, es que èl era como una pared, era como hablar con, y entonces esto sí es lo que realmente me enfada, es que extraño su maldita dureza ausente con forma de pared, o yo quizàs a esta altura haya sido las veces de medianera distante de si.
Estoy acorralada, entre la espada y ella, yo u èl, quièn sabe a esta altura, algo màs que ninguna duda ante lo que digo con firmeza, es que la pared jamàs habla con la pared.
Un deseo, es d- e- m- o- l -e -r.
Un atentado, es esto.
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