02 April, 2010

paracaídas,,,,,

Adentrarme en el aire, eso quisiera. Ser abrazada por el azar, la contingencia y así desde allí observar la formación de las nubes. Me gustaría contar con mis manos el cumplimiento de las estaciones, sin quedar al alcance de cualquier viento que me arrastre porque si, sino ser tan solo un devenir claro, precisamente lo que no tiene que ver con mis cabellos que juegan en el cono de oscuridad como si fueran serpentinas finitas e invisibles.

A veces pienso, si el vacío hace la forma, ¿Quién sostiene y encandila ante la imposibilidad de ser una línea recta, erguida? Pude descubrir en un sueño de la infancia que la formación, no siempre es en forma de fila, y la repetición de las palabras como quien edita una película, es un recurso de abuso propio. Como aquel con el que cuenta el ojo fotográfico, distinto del que solo ve, que solamente engloba en la esfera. Porque resulta que ese ojo miente, lo digo con tono acusador.

La realidad está en lo que se oye y es por ese motivo que sobre mi muñeca dibujé el infinito. Porque quiero escaparme en el silencio, ¿Sabías? Mientras tanto reviso el correo, cuento los hechos a viva voz y como un secreto escribo en un papel : Nada se cumple. Es mejor que beba las tintas que he acumulado durante estos años, y comience a escribir con el jugo de mi fruta favorita, pero cambiamos de estación, ya no existe.

Para ser sincera y hablar directamente del, podría decir que nunca le insistí al. Es que yo presiono el botón una sola vez. Si no viene, no viene. Y es evidente ya, que la dispersión dará como resultado una nueva frecuencia, un sin fin de posibilidades.

Como aquel día que subí las escaleras de prisa, con mi vestido favorito y el asterisco bailaba detrás. Su movimiento restringido me da sueño, me duermo así de a poco en el descanso.

También es cierto que ya no me visita hace tiempo, así fue como se escurrió la magia entre mis dedos. Pinté mis uñas de un color nuevo, pero no ha tenido tiempo de detener los ojos como para verlas jugar. Es cierto además que no le importo, y es por eso que las palabras hicieron de mi un hoyo lleno de agua. Ahora veo la luna reflejada en él, sola en el cielo. Tampoco he de fingir cobardía esta vez, pues no voy a esperar un ciego. Es que el interruptor está encendido, y este mes al parecer nunca llega al final como un rayo que a destiempo del trueno va, me desvanezco en la tormenta que acaba de sonreírme.

1 comment:

Martin Pannari said...

existe una sola verdad, y está dentro de uno.