31 January, 2007

de Infantes

Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.

(Eso lo dijo ella).

Yo solo vine a ver el mar y encontré un Jardín. Lleno de mi, donde las flores están creciendo, son del bien, son del mal, son del mar, son mías y no del viento.
Podría ahogarme en este mar sangriento de mis palabras que se mueren sin conocer el papel. (dije yo)

(Ella dijo tambièn, solo vine a ver el jardín)

Solía esconderme bajo mis palabras que giraban en una circularidad dolorosa, ya no quiero jugar más.
No a las escondidas.

(Me oculto del lenguaje dentro del lenguaje, ella dijo y pensé que había sido yo)


Una noche azul mi herida escribió sin ocultar sangre lo que quizás no supe decir al mar,
aquella que luego se hizo mañana, donde firme de frente temblorosa y conmovida una rosa sola fuì,
con ganas de a-morIrme sabiendo que el amor irse duele.
Espinas en el cuerpo acompañan la idea recurrente y re-conocida como acto egoìsta supremo puro y artificial.
Aùn me desgarra el dilema de saber si uno podría decidir o no cuando dejar de. ¿no?. Nosé.
Làgrimas brillando en ojos ajenos, palabras, silencios y alguien presente.
Pequeña.En la mejilla de mi inocente infante, el gesto quedó pensando:
¿Qué sucediò mientras escapaba de un jardín lleno de mar?
No fuí a-mor-irme, fuì a amar-me en el mar.
Eso sucedió me.

(Eso no lo dijo ella que soy yo. Solo yo, mi primera persona del singular)

3 comments:

Mariano said...

un texto interesante, aparentemente menos provocativo que el anterior pero creo que éste es más desbordante. La poesía es una agente subversivo donde "el mar es un jardín". Provocar es convocar a la reflexión.

Diego said...

Tenés el trágico don de la poesía.

Un gusto leerte, amargo, pero gusto.

rmnt said...

mourir de ne pas mourir

dueleme