14 March, 2008

desentierro del lenguaje


La palabra que se extiende en el expacio

sobre una máquina de excribir olvidada,

la que se dice literalmente mecànica quema los dedos rìgidos,

con ojos fràgiles como los vidrios que rompen mi garganta al masticar.


Insomnio pasional, digestión anulada

es que de mi boca caen soldados muertos,

presiono el gran mecanismo de agua

guerra propia àcida y macabra.


Una hora inocente

cierra la puerte fuerta

cose los ojos del verdugo

cierra la boca y duerme.

5 comments:

Anonymous said...

leerleo...nuevo visitante ha llegado a planeta...muy lejos estoy...pero algo ví que me hizo quedarme...pero me voy...

Intrínseco said...

La experiencia no debe extenderse hasta extremos extraños, donde el exabrupto puede explotar sin éxtasis ni éxito.
El verdugo no tiene los ojos cosidos, ya usa lentes de contacto y por las noches parpadea al compás de las mariposas con alas azules que merodean tu conciencia.

Sergio Sánchez said...

+

los perdidos said...

vos sos singular. hermoso.

Sergio Sánchez said...

Como dijo el poeta, "la palabra es abeja y el silencio es miel".